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Doble incontinencia: comprensión de la conexión intestino-vejiga en las mujeres

La doble incontinencia es un problema común para muchas personas y estamos aquí para ayudarlo a comprender por qué sucede y, lo que es más importante, cómo puede recuperar el control.

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Doble incontinencia: comprensión de la conexión intestino-vejiga en las mujeres
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¿Sientes que no puedes controlar tu vejiga o tus intestinos? Es una lucha secreta para muchas mujeres, pero estamos aquí para ayudar. Este problema común se llama doble incontinencia. Sigue leyendo para comprender por qué sucede y qué puedes hacer para recuperar el control.

La conexión intestino-vejiga: por qué estos dos son mejores amigos

Piense en su vejiga y sus intestinos como si fueran vecinos. A veces, están demasiado cerca para su comodidad y no siempre respetan sus límites. En otras palabras, ¡ambos pueden tener fugas inesperadas!

¿Pero por qué sucede esto?

Podría parecer que el intestino y la vejiga son sistemas totalmente separados, pero en realidad están más conectados de lo que cree. Comparten algunas cosas en común que pueden provocar doble incontinencia.

Exploremos algunas de las razones clave por las que estos dos están tan conectados.

Razón 1: contratiempos en la red nerviosa

Tanto la vejiga como el intestino comparten las mismas vías nerviosas. Estos nervios son como pequeños mensajeros que le dicen al cerebro cuándo es el momento de "irse".

Pero a veces estos mensajes se confunden.

Piense en ello como un juego de teléfono. El mensaje comienza claro, pero cuando llega al final de la línea, todo está confuso.

Cosas como el parto, daño a los nervios o incluso afecciones como la diabetes pueden interferir con estos nervios y provocar una falta de comunicación.

Razón 2: Problemas del suelo pélvico

Los músculos del suelo pélvico son como una hamaca para la vejiga y el intestino. Si se debilitan (el embarazo, el envejecimiento y el esfuerzo pueden hacer esto), las cosas pueden volverse un poco... caídas. Y es más probable que se produzcan fugas.

Imagínese un trampolín. Si los resortes son fuertes y rebotan, todo permanece en su lugar. Pero si los resortes se debilitan, las cosas empiezan a hundirse y a perder su soporte.

Lo mismo ocurre con tu suelo pélvico.

Razón 3: Estreñimiento: el peor enemigo de la vejiga

El estreñimiento también puede empeorar la incontinencia. Cuando las heces se acumulan, empujan la vejiga, lo que aumenta la probabilidad de fugas.

Entonces, mantén las cosas en movimiento. Consuma alimentos ricos en fibra, beba mucha agua y no la retenga cuando necesite ir.

Razón 4: caos hormonal

El estrógeno es una hormona que ayuda a que todo funcione sin problemas allí abajo.

Pero durante la menopausia, los niveles de estrógeno bajan , lo que puede debilitar los músculos y tejidos que controlan la vejiga y los intestinos.

Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto?

Hay muchas cosas que puedes hacer para controlar la doble incontinencia y sentirte más seguro de tu cuerpo. Así que aquí tienes algunas ideas para empezar:

1. Enfoque en el suelo pélvico

Los ejercicios del suelo pélvico son tu nuevo mejor amigo. ¡Pero hacerlo bien es clave!

Un fisioterapeuta del suelo pélvico puede evaluar tu suelo pélvico y guiarte a través de los ejercicios más efectivos. También pueden ofrecer otros tratamientos como la biorretroalimentación, que le ayuda a ser más consciente de los músculos del suelo pélvico.

2. Pausa para comer, beber líquidos y ir al baño

Consuma más fibra (piense en frutas, verduras y cereales integrales) y beba mucha agua para evitar el estreñimiento.

Y cuando tengas que irte, ¡vete! No lo retengas.

Ignorar esos impulsos puede confundir la vejiga y el intestino y empeorar las cosas.

3. Entrenamiento de la vejiga y los intestinos

Sí, realmente puedes entrenar tu vejiga y tus intestinos.

Intente ir al baño según un horario y practique retrasar la necesidad de ir cuando la sienta. Es como un campo de entrenamiento para la vejiga y los intestinos.

Comience por llevar un diario de la vejiga para realizar un seguimiento de cuándo orina y cuándo tiene fugas. Esto puede ayudarle a detectar patrones y desencadenantes.

Luego, aumente gradualmente el tiempo entre las pausas para ir al baño para fortalecer el control de la vejiga.

4. Habla con un profesional

Si las fugas interfieren con su vida, hable con su médico o con un fisioterapeuta del suelo pélvico.

Existen tratamientos que pueden ayudar, desde ejercicios hasta medicamentos y otras opciones.

Su médico puede descartar cualquier condición médica subyacente que pueda estar contribuyendo a su incontinencia.

También pueden hablar sobre medicamentos que podrían ayudar, como
anticolinérgicos para la vejiga hiperactiva o estrógeno tópico para mujeres menopáusicas.

Los cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia

¿Quiere tener aún más control de su vejiga e intestinos? Aquí hay algunos cambios simples en el estilo de vida que también pueden ayudar a marcar la diferencia:

1. Mantenga un peso saludable

Cargar peso adicional ejerce una presión adicional sobre el suelo pélvico. Alcanzar un peso saludable puede ayudar a reducir esa presión y mejorar el control de la vejiga y los intestinos.

2. Di "hasta luego" a los irritantes de la vejiga

El café, el té, el alcohol y las bebidas gaseosas pueden irritar la vejiga. Recortar puede ayudar a reducir esos urgentes "¡tengo que irme!" momentos.

3. Deja el hábito

Fumar es una mala noticia para la salud, incluida la de la vejiga y el intestino. Toser ejerce presión sobre el suelo pélvico, lo que puede provocar fugas.

Dejar de fumar puede marcar una gran diferencia.

4. Estresarse menos

¿Alguna vez has notado cómo el estrés puede hacer que de repente necesites ir al baño?

Encontrar formas saludables de relajarse, como hacer ejercicio, meditar o dedicar tiempo a su pasatiempo favorito, puede ayudarlo a sentirse más tranquilo y reducir esas fugas relacionadas con el estrés.

5. Mueve tu cuerpo

El ejercicio regular mantiene el sistema digestivo en movimiento (¡adiós, estreñimiento!) y fortalece el suelo pélvico.

Intente realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.

Pequeños cambios, gran impacto

Hacer estos cambios en el estilo de vida puede parecer algo pequeño, pero puede tener un gran impacto en el control de la vejiga y los intestinos.

Y recuerda, ¡cada poquito cuenta!

Incluso hacer uno o dos cambios puede marcar la diferencia.

Über den Autor: Romina Torres

Romina, a former journalist, is dedicated to health education and championing everyone’s right to feel confident in their own skin. Through her writing, she aims to create a safe, inclusive, and educational space for the Invizi and Nundies community. She believes openly discussing incontinence, one of the world’s least talked about issues, is crucial for empowering individuals to live their best lives.

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